Previsibilidad y criptomonedas son dos conceptos que, hasta hace poco, parecían no ir de la mano. Sin embargo, el vuelco de los grandes planes de pensiones norteamericanos hacia estos activos adelanta una tendencia en la que el bitcoin puede ser un aliado para construir una cartera a largo plazo. El último en sumarse ha sido el plan de pensiones municipal de Jersey City, en Estados Unidos, que anunció esta semana que invertirá en los ETF de esta moneda. “Bitcoin ha ganado”, resumió el alcalde de esta ciudad, el demócrata Steven Fulop, esta semana en la red social X.
No se trata de un caso aislado. En mayo, el fondo de pensiones del estado de Wisconsin, que controla activos por más de 140.000 millones de dólares, hizo público que mantenía una exposición del 1% del total gestionado en los fondos cripto lanzados por BlackRock y Grayscale. Algo similar ha declarado el sistema de jubilación del estado de Michigan, que lleva invertidos casi 7.000 millones en este tipo de ETF. “La adopción institucional de los activos digitales ha comenzado y pensamos que ya es difícil de parar”, afirma a CincoDías Diego Fernández Elices, director general de inversiones de A&G.
El interés no es nuevo. Ya en 2022, una encuesta del CFA Institute señalaba que el 94% de los gestores de pensiones norteamericanos estaban interesados en invertir en criptomonedas. Algunos, como el fondo de los empleados públicos de California, ya habían apostado desde 2021 por empresas relacionadas con el sector cripto, como las empresas de minería criptográficas. Otros grandes fondos de pensiones estatales, como el japonés y canadiense, mantienen posiciones en Coinbase, una de las principales cotizadas del sector.
“Los ETFs han ‘democratizado’ la inversión en EE UU”, señala Fernández Elices, aunque apunta que en Europa los inversores profesionales también tienen formas sencillas de ganar exposición al universo cripto, como los hedge funds que en España comercializan A&G y Renta 4.
Uno de los consejos más repetidos a los pequeños inversores a la hora de elegir un plan de pensión es fijarse en la política de cada fondo y el riesgo asociado. De esta forma, la renta fija, la renta variable o los mixtos permiten encontrar el punto justo para cada individuo. La naturaleza de los criptoactivos, especialmente su volatilidad, parece una opción poco recomendable para la mayoría de los inversores, o al menos los más cautos. No es raro ver que el valor del bitcoin, ethereum u otros tokens aumente o disminuya en un 10 o un 20% en un solo día, algo que no es habitual en otro tipo de activos. De igual manera, las ‘memecoin’, el ejemplo más extremo del riesgo, se han disparado hasta 12.000% en solo un año.
“La volatilidad no es la única medida de riesgo, aunque sea la más comúnmente aceptada”, resalta Fernández Elices. “Si un activo cayera todos los días exactamente lo mismo, tendría volatilidad cero, aunque podría llegar a perder prácticamente todo su valor”, ejemplifica.
Por su parte, Javier Pineda, gestor del fondo cripto de Renta 4, destacaba en una entrevista reciente el retorno a largo plazo de las criptomonedas. “Si miramos los últimos diez años, en siete el activo más rentable ha sido el bitcoin”, apuntaba. Además, este analista ejemplificaba que, en una carta compuesta de 40% renta fija y 60% renta variable, si destinaras el 10% del dinero a bitcoin, la volatilidad solo aumenta en un 2% mientras que la rentabilidad podría duplicarse.
Otros riesgos, apuntan los expertos, están puestos en la custodia y protección de los activos. La bancarrota de FTX, y el fraude por más de 8.000 millones de dólares, sigue siendo un fantasma para toda la industria. En este sentido, el avance de la legislación y los fondos cotizados, con las grandes gestoras de Wall Street detrás, permite suavizar esta amenaza.